Cebollas
Los puerros, las cebolletas, las rampas, las cebolletas, las cebollas rojas, las cebollas amarillas, las cebollas blancas, las chalotas y cualquier otro tipo de allium que disfrute son antibióticos de la naturaleza.
Las cebollas son uno de los alimentos más eficaces del planeta para controlar el crecimiento excesivo de bacterias en el cuerpo, lo que las convierte en una estrella para cualquiera que tenga que lidiar con SIBO. Esta cualidad también mejora la producción de B12 en el cuerpo.
El azufre de las cebollas es parte de lo que las convierte en el antibiótico natural. También ayuda a liberar el cuerpo de la exposición a la radiación, expulsando patógenos y eliminando el DDT y otros pesticidas, herbicidas y metales pesados tóxicos.
Este azufre también hace que las cebollas sean maravillosas para ayudar con el dolor, la degeneración y el malestar de las articulaciones y para reparar tendones y tejido conectivo. Si tienes deficiencia de hierro, la cebolla también es de gran ayuda, porque su contenido en azufre ayuda a frenar la pérdida de hierro.
Las cebollas, ricas en oligoelementos zinc, manganeso, yodo y selenio, ayudan a rejuvenecer la piel y proteger los pulmones. También son útiles para el sistema inmunológico y la circulación.
Las cebollas son muy útiles para tratar los resfriados y las gripes que causan bronquitis y la neumonía causada por bacterias. También son los mejores antiinflamatorios para los intestinos, ya que ayudan a curar las úlceras, eliminar la mucosidad de las heces y calmar el tracto intestinal.
Cómo utilizar:
Para beneficiarnos realmente de las cualidades antibacterianas y de otro tipo de las cebollas, tenemos que comerlas con la mayor frecuencia posible, y no sólo una rodaja aquí o allá. Experimente con diferentes variedades de cebollas en diferentes platos. Coma cebollas crudas tanto como sea posible en ensaladas, wraps, encima de verduras al vapor o en cualquier comida. También puedes disfrutarlos al vapor, salteados, en sopas y en Caldo
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